lunes, 22 de septiembre de 2014

El film, un arte subversivo


Por Ernesto Baca*

Así conocí el cine , como lo fue en sus comienzos, con un siglo detrás de él, sosteniéndolo, un cine proyectado con película, un cine ( o un siglo) en donde las herramientas eran hechas para crear otros objetos. Los aluros de plata reaccionando foto químicamente en presencia de la luz, revelándose ante nuestros ojos.

Articulo publicado en Diario Tiempo Argentino, 23 de Noviembre de 2014.

Pero el tiempo pasa, y bien rápido en la era digital, necesitamos absorber un gran flujo de información para logar que una imagen se ponga en movimiento, en el así llamado cine digital. Gran cantidad de información es almacenada en chips, memorias, y bits de ceros y unos.

Ha cambiado la forma de hacer cine, de ese que habíamos conocido. Los laboratorios están mermando en sus labores, hay poca película que revelar, a no ser por las grandes producciones yanquis que se dan el lujo de producir en 35 o 70mm. Sin embargo, la cantidad de material para la preservación podría dar trabajo por 100 años más, dado que el film no pertenece a la industria del descarte. Uno podría evaluar cómo están hechas las ingenierías de las cámaras y proyectores, con qué tipo de mente están diseñadas, que materiales se utilizaron, y la conclusión seria univoca: antes se hacían las cosas para que duren más tiempo. Quizás esta conclusión atraiga las risas de los jóvenes criados en el wifi, o de los veteranos que ocultan sus arrugas en el avance tecnológico. Por que ser joven es creer lo que nos quieren vender, no importa si es versátil o berreta.

Lo cierto que es el final de una era y el principio de otra, donde se juntan dos formas de pensamiento para establecer un cambio de paradigma. En el mundo digital, si la democratización de los medios nos ha impulsado a tener cierta autonomía para la producción de audiovisuales, no quiere decir que cualquiera pueda acceder a una difusión ecuánime de su obra. Todos tenemos la posibilidad de crear, pero nadie se arriesga a hacer algo diferente a lo establecido, todos hacen pie en lo ya establecido. Hay algo que es controlado por el broadcast o quien controla los medios y su acceso. Pero lo más trágico del caso es que modernizarse significa comprar una cámara nueva y seis meses más tarde descartarla, porque ya hay otra más nueva. Y asi la industria te invita a consumir dentro de un círculo de arbitrariedad controlado por los proselitismos de lo nuevo. El mundo digital ha hecho un mundo más fácil, para consumir, algo se ha reemplazado, si la
 maquina puede pensar por nosotros, entonces tal vez no es necesario pensar, ni tampoco revelarse ante la imposición de un dios mercado, donde obedecer a la compra de un producto es regla general de su religión.

Todo empezó cuando los estudios de Hollywood fueron comprados por los empresarios japoneses, todo el mundo pensaba que sólo se verían películas de samurais. Pero no, el hecho es que la industria ha celebrado el funeral del film. El 12 de Diciembre del 2012, el gigante amarillo (Kodak) deja de producir película, porque las tendencias de los mercados de la industria digital exigen ese tipo de dirección.

Hoy en día tenemos todo disponible en Internet, la oferta es superior a la demanda, por lo que me da la impresión (y esto es solo una impresión personal) que hay una devaluación del objeto artístico.

Entonces, ¿como podríamos definir al cine que se consume hoy, en comparación al cine como lo conocimos…, ese arte de masas que nos invitaba a ver 24 fotografías por segundo en una sala oscura?. Si bien lo digital nació para las pantallas digitales, plasma o lcd, también podemos verlas proyectadas, pero las imágenes que están ahí, son virtuales, estamos viendo una traducción de ceros y unos, estamos viendo intermedios digitales, y la palabra para definir esta forma de ver, correspondería a un término como el de infografía. Todo se comprimió a intermedios, porque la información se multiplico. Pero no es más que información, que es como una piedra de roseta, si no se tiene el código para descifrarla no sirve para nada. En cambio, con los medios analógicos, la imagen está ahí, son fotografías que se mueven una detrás de la otra. Contrariamente, en el  "cine digital" estamos viendo información traducida en la pantalla. Así que lo cinematográfico (gráficos en movimiento) del cine como nació, solo queda muy poco.

Pero el cine es el arte del engaño por eso nadie se agita cuando salen a filmar con una cámara digital o salen a grabar con una filmadora. Hoy en dia la industria te enseña a trabajar de otra forma y gastar más dinero en postproducción, no sale más barato lo digital, es otro mito creado por los fabricantes de cámaras que quieren llevar los capitales hacia otro lugar, a los dueños del broadcast, los que compran publicidad en una gran antena, esos,  los que nunca te va a decir la verdad, siempre te van a querer vender lo nuevo.

Sin embargo, a pesar de que el film se va terminado y los mercados se polarizan, otros se resisten al cambio.  Y no es parte de una neofobia, es gente de todo el mundo que ha manifestado su preocupación por este cambio radical del pensamiento, hasta en la UNESCO se está estudiando declarar al film como Patrimonio de la Humanidad.

Felizmente, muchos nos resistimos al cambio, dado que este fenómeno esta juntando a la gente más diversa, jamas pensada,  produciendo obras cinematografiaras de carácter único, que no siguen las reglas establecidas por los mercados ni productoras para exhibir comercialmente un film. Felizmente el cinematógrafo esta llegando a la categoría de arte, ya que no depende de ningún sistema de producción mas que el que uno mismo faculte en el conocimiento de la herramienta que se utiliza para la generación de imágenes en movimiento y la película: la cámara cinematográfica. Y de a poco este surgiendo ese otro cine, ese cine lindero, ese cine al margen de los lenguajes instituidos, al margen de los grandes festivales ideológicos sostenidos por políticos de turno.

Podríamos nombrar un poco la escena donde transita ese otro cine en la ciudad de Buenos Aires: El Circuito Cínico, el Club de super 8, Colectivo Arkhé, los viernes en el Mamba, el Bazofi, el Kino Paláis, la sección de Panorama super 8 en el Festival de Cine de Mar del Plata, la sección Toma Única generado por los laboratorios Arco Iris Super 8 y la BIM (Bienal de Imagen en Movimiento).

A este cine invisible, inmanifiesto, no se le puede negar existencia, y no tiene nada que ver con un “nuevo cine argentino”, porque este cine está hecho con el aliento de lo que queda, con los restos del naufragio de lo que fue un gran arte popular. Tampoco podríamos decir que es argentino, porque es un fenómeno que excede los límites políticos, es un cine sin fronteras. Lo argentino o la denominación política de la procedencia del film, es solo una etiqueta para el mercado. Estamos en un frente en contra de los efectos de la globalización, en contra de la monocultura creada por los mercados. Como diría el cineasta de culto Silvestre Byron, es un fenómeno generado por el undergroud. Y mas allá de que Nolan o Tarantino se conviertan en cara visible de los que defienden la película para filmar sus cuentos, y que esto parezca una excentricidad, la realidad es que convertirse en defensor del formato fílmico para todo el mundo, es como estar  encadenado al trasero del Titanic. Es inevitable compararlo, sin embargo esto hace que el cine recupere su espíritu romántico.


Esto también es sumamente contradictorio ya que para hacer cine en super 8, se necesita del 35mm del cual aquel es un destilado. Si no hay grandes producciones en fílmico para ser producidas, es imposible para el super 8 sostenerse por si mismo. Para esto es muy notorio como es que se piensa el cine hoy, ya que depende de la política institucional que busca solventar la producción a través de la infografia o los medios de reproducción masivos, por que asi se aseguran la reproducción en masa del audiovisual, es lo que el gran publico demanda, consumir la propaganda que le venden, suministar al excesivo capital su alimento, en busca de garantizar los intereses que demanda el mercado, y de la así llamada industria del espectáculo.

En esta contienda entre los mercados de la estandardización de la imagen, el broadcast, la economía del consumo de lo nuevo, el star sistem, los mecanismos masivos de reproducción de imágenes en movimiento, el público,  lo perdurable, las políticas culturales, los productores, los directores, los artistas, esta gran batalla tiene varios perdedores y varios ganadores. Lo digital para la masividad del discurso de la imagen oficial, el fílmico para los artistas. Y posiblemente dentro de muy poco tiempo Ferrania de Italia esté produciendo película nueva para estos artistas, algo que nuestras industrias colonizadas no pueden asumir.

Siendo optimistas entonces: que sucederá si el film gana terreno nuevamente, que tipo de películas estaremos viendo. Seguramente si el film, cae en manos de estos artistas que abundan por los escenarios mencionados anteriormente, las películas se verán muy diferentes de lo que conocemos y se re-configure la ontología del término cinematográfico.



 Fabio Manes hablando acerca de lo importante del formato filmico.







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